Compartir cama beneficia la salud

Ronquidos aparte, los estudios científicos sugieren cada vez más frecuentemente que las parejas disfrutan de beneficios para su salud por el mero hecho de compartir cama.

Según un estudio publicado por Andrea Petersen en The Wall Street Journal, dormir en pareja puede ser una de las razones por las cuales las personas que disfrutan de relaciones felices tienden a tener mejor salud y a vivir más años.

Compartir cama con la persona amada, además de proporcionar sentimientos de confianza y seguridad, disminuye los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés, reduce las citocinas, proteínas involucradas en procesos inflamatorios, y aumenta la producción de oxitocina, una hormona con efectos relajantes que se produce en la misma parte del cerebro responsable del ciclo del sueño.

Dormir en pareja

Dormir con la persona amada aumenta la producción de oxitocina, la llamada "hormona del amor"

Los principales obstáculos para conciliar el sueño en pareja son los ronquidos, el horario, las diferentes preferencias en cuanto a la temperatura de la habitación y la calidad del soporte utilizado para dormir.

En caso de tener horarios diferentes, como puede ocurrir a las personas que trabajan en turno de noche, se recomienda negociar una agenda de manera que haya un compromiso por ambas partes para tratar de dormir juntos.

Lo mismo sucede con las preferencias de temperatura, pues hay soluciones más allá del termostato, como elegir ropa adecuada para cada uno.

En cuanto a la calidad del equipo de descanso, es imprescindible elegir un colchón con independencia de lechos, de manera que la diferencia de peso entre los miembros de la pareja no sea

Absolut Zen

Una de las características principales que hay que tener en cuenta a la hora de elegir colchón para dormir en pareja es la independencia de pesos (Modelo Absolut Zen

Y como no todo el tiempo que las parejas están en la cama lo pasan durmiendo, es fundamental que para los ratos despiertos y de ocio cuenten con un colchón y una base resistentes y que no emitan sonidos que puedan hundir la pasión. Una de la forma de evitarlo es cambiando el colchón como máximo cada diez años y, por supuesto, cuando se empiecen a observar signos de deterioro.