Trucos para dormir si trabajas en turno de noche

Trabajar en horario nocturno puede tener repercusiones adversas en nuestro organismo, por lo que es imprescindible seguir una serie de recomendaciones para minimizar este impacto negativo.

Nuestro organismo rinde más entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde. Un turno de noche invierte el ciclo normal sueño-vigilia (actividad-descanso) y, sin un adecuado descanso diurno, puede tener consecuencias como la disminución del rendimiento por fatiga acumulada, pérdida de reflejos y episodios de microsueño que suponen riesgo de accidente y problemas físicos y psicológicos derivados de la desestabilización de los hábitos alimenticios y sociales.

Para mitigar los efectos negativos de tener que trabajar en turno de noche debemos, en primer lugar, asegurar que dormimos las horas necesarias. Aunque lo idóneo sería dormirlas seguidas, si no se puede conciliar el sueño, siempre se puede optar por fraccionarlo, realizando ejercicio entre moderado e intenso de forma regular y empleando métodos de relajación como ayuda.

Otra de las claves para conseguir un buen descanso diurno es preparar el dormitorio de manera que parezca de noche, sin rendijas de luz, con una temperatura más fresca (similar a la que se pondría por la noche) y con el mayor aislamiento acústico posible. En la habitación no puede faltar un buen colchón, elegido según las necesidades corporales y los patrones de sueño y teniendo en cuenta, asimismo, los materiales que nos proporcionarán un mayor descanso.

Dormir durante el día

Entre las principales dificultades para conciliar el sueño durante el día se encuentran la luz y el ruido.

La alimentación también juega un papel muy importante en la consecución de un descanso reparador. Conviene mantenerse bien hidratado durante el turno de trabajo, no consumir cafeína ni alcohol y no acostarse con hambre. Así, se puede hacer una comida ligera antes de irse a dormir, igual que las que se recomiendan para conciliar el sueño por la noche.

Otro aspecto que no se debe descuidar son las relaciones familiares y sociales, pues no coincidir en horarios puede terminar en aislamiento, baja autoestima, irritabilidad y depresión. En este sentido resulta muy útil establecer un calendario organizativo que incluya tiempo para la familia y amigos.

Por su parte, quienes conviven con una persona que tiene que trabajar en turno de noche deben ser conscientes de la necesidad del descanso diurno y no realizar actividades ruidosas que puedan perturbar su sueño.