¿Quieres prolongar lo máximo posible la vida de tu colchón y que no pierda confort y resistencia? A continuación te damos unos consejos sobre qué debes y qué no debes hacer para garantizar la durabilidad de tu inversión en descanso.
Una vez elegido el colchón teniendo en cuenta tus necesidades físicas y los materiales que más te convienen, llega la hora de cuidarlo para que dure en las mejores condiciones.
En primer lugar, debes retirar cuanto antes la funda de plástico para que se desprenda de los posibles olores y transpire. Utiliza un protector, preferiblemente de algodón, para mantenerlo alejado de las manchas. Si a pesar de usar una funda penetra algún líquido, utiliza toallas absorbentes de papel o paños húmedos con jabón suave y/o quitamanchas y espera a que se sequen para volver a colocar el protector y la ropa de cama.
Protege tu colchón de posibles manchas y, en el caso de que se produzcan, límpialo rápidamente y espera a que se seque antes de poner de nuevo las sábanas.
Otra de las claves para mantener el colchón limpio y saneado es una correcta ventilación. Además de abrir la ventana al menos un cuarto de hora cada mañana, asegúrate de ventilarlo durante periodos más largos cuando cambies las sábanas. Asimismo, pásale el aspirador de vez en cuando para quitar el polvo que pueda acumularse por los bordes.
Durante los primeros meses de vida, y especialmente si va a ser utilizado por dos personas, es fundamental girarlo periódicamente de la cabeza a los pies o viceversa y una vez cada tres meses, para que se garantice el uso uniforme de toda la superficie del mismo, es aconsejable su volteo, excepto en los colchones de HR (High Resilience) u otros materiales con una única cara de uso.
En el caso de los modelos de dos caras con grosor diferenciado, tú mismo decidirás con el uso cuál es la más idónea para tu descanso. Esta elección, en modelos como el Termic, también dependerá de la época del año en que te encuentres.
En los colchones de dos caras con grosor diferenciado, como el modelo Adapta, tú decidirás cuál te proporciona mejor descanso.
Entre las cosas que no deberías hacer si quieres que tu colchón dure el máximo posible se encuentra el traslado del mismo en vehículos en los que no cabe bien, vaya doblado o no esté correctamente sujeto; no saltar sobre él o sentarte en los bordes y no utilizar las asas para soportar el peso total del colchón, pues están diseñadas para ayudar a posicionarlo sobre la base.
Las asas están diseñadas para posicionar el colchón sobre la base, no para soportar el peso completo del mismo. (Modelo Memory Gel)
Cuando estrenamos un colchón siempre “extrañamos” el anterior, independientemente de los años y el estado en que se encontrase, pero a los pocos días ya no queremos separarnos nunca de él. Recuerda que es muy importante el soporte sobre el que se apoya, ya que una superficie en mal estado o inadecuada puede acabar por deformarlo. En este sentido, es imprescindible elegir un buen canapé o un buen somier o base que lo sustenten.
