El reto de dormir bien durante el embarazo

El embarazo, especialmente el último trimestre, es una etapa en la que, a pesar del aumento del cansancio, las mujeres presentan grandes dificultades para conciliar el sueño, despertares nocturnos y sueño poco reparador. Entre las causas se encuentran no sólo al aumento del tamaño del cuerpo y el dolor de espalda, sino también la frecuente necesidad de ir al baño, la acidez, la falta de aire, el aumento del ritmo cardiaco, la falta de aire, los calambres en las piernas y la ansiedad propia por la salud del bebé.

Según señala un estudio realizado por matronas del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca, las mujeres que duermen menos de seis horas tienen trabajos de parto más largos y más posibilidades de que se les practique una cesárea. De ahí la importancia de detectar los hábitos poco saludables y prevenir los problemas de sueño, o mejorarlos en el caso de haberse instaurado.

Dormir durante el embarazo

Entre un 66 y un 94% de las embarazadas reconocen sufrir algún problema relacionado con el sueño.

Una dieta sana, ropa y calzado cómodo y realizar ejercicios para fortalecer el abdomen y la espalda son las primeras recomendaciones para mantener un correcto hábito de sueño antes de ir a la cama.

Una vez acostada, la postura recomendada por obstetras y matronas es sobre el lado izquierdo con las rodillas ligeramente flexionadas, pues el vientre puede reposar en la cama y se permite un mayor flujo de sangre, oxígeno y nutrientes hacia la placenta al no presionar sobre la vena cava inferior. Además, esta postura disminuye la acidez estomacal al permitir que la comida y las enzimas circulen por el tracto digestivo de manera natural.

Asimismo, dormir sobre el lado izquierdo mejora la función cardíaca, pues el corazón bombea con mayor facilidad la sangre hacia la aorta, y ayuda a reducir el edema propio del embarazo y a prevenir las varices.

Colocar una almohada entre las piernas también ayuda a aliviar la presión que se ejerce sobre la zona lumbar, pues mantiene las caderas alineadas con las piernas y evita que se retuerza ese área de la espalda.

Colocar una almohada entre las piernas ayuda a aliviar la presión sobre la zona lumbar

Una almohada entre las piernas ayuda a mantener la espalda recta y a no forzar la curvatura lumbar.

En cuanto al tipo de colchón, es imprescindible que se adapte al cuerpo y elimine cualquier punto de presión. Si tienes dudas sobre cuál te conviene, puedes consultar nuestra guía para elegir colchón dependiendo del tipo de materiales.

Hay que tener en cuenta, además, que durante el embarazo puede sentirse más calor del habitual, por lo que, además de mantener la habitación fresca, conviene disponer de un colchón que regule la temperatura.

En caso de no poder dormir, puede resultar útil realizar actividades tranquilas como dar un pequeño paseo, hacer ejercicios de relajación y respiración o leer un libro.