Cuando los niños temen al monstruo bajo la cama

¿Tus hijos tienen miedo a quedarse en la habitación con las luces apagadas? ¿Temen que haya monstruos debajo de la cama, detrás de la puerta o dentro del armario? En este post te contamos algunos trucos para superar este temor evolutivo que constituye una etapa más del desarrollo normal de los niños.

Aproximadamente uno de cada tres niños de entre tres y siete años manifiesta temor a la oscuridad. Este miedo, según indican expertos de la Universidad de Murcia, proviene de que "el niño asocia la luz con la seguridad que le transmite la madre (luz-madre-seguridad) y relaciona la oscuridad con el miedo que le producen las pesadillas (oscuridad-pesadilla-miedo)." Asimismo, en las narraciones culturales (cuentos, películas, etc.) los acontecimientos negativos transcurren por la noche, lo que agrava el temor.

Los niños manifiestan el miedo mediante berrinches, pataletas y ansiedad a la hora de irse a la cama, por lo que una detección temprana evitará malestar e interferencias negativas tanto en su propia vida como en el entorno.

Temor a la oscuridad

Muchos niños temen que al apagar la luz aparezcan monstruos, pues en los cuentos y en las películas siempre salen en la oscuridad.

Un ensayo realizado por investigadores de la Universidad de Murcia y la Universidad Miguel Hernández concluyó con éxito que la implicación de padres y el desarrollo de actividades de juego y ambiente lúdico son clave a la hora de reducir y eliminar la fobia de los niños a la oscuridad.

Se puede empezar juegos como la gallinita ciega, las sombras chinescas o jugar al tesoro escondido de manera que sean ellos mismos los que tengan que inspeccionar los espacios que más miedo les generan.

De manera gradual se irán desarrollando actividades lúdicas que impliquen mayor grado de oscuridad, como entrar en su habitación a oscuras para buscar un juguete o ir a una habitación donde se encuentre el adulto escondido y encontrarlo sin encender la luz. Para reforzar la eliminación de la fobia será necesario animar a los niños con sonrisas, guiños de ojos y frases que les digan lo valientes que son cuando superan cada nivel.

Asimismo, conviene recordar la necesidad de establecer unas rutinas relajantes que faciliten el sueño.